viernes, julio 16, 2010

El Espíritu Santo

Un cambio de actitud presupone un cambio en nuestras creencias, en una fe renovada, y ¿Qué es la Fe? La fe es la creencia en algo que no se ve, pero se sabe que existe, o que ocurrirá, aún sin que exista explicación científica.
Los científicos han sido una parte muy importante para la Fe, pero al mismo tiempo una piedra en el camino, la fe y la ciencia no tienen puntos en común. Dice Jesús, que si el hombre tuviera un poco de fe, aunque sea del tamaño de una semilla de mostaza, esté tendría el poder de decirle a una montaña échate al mar y esto sería hecho. Además, todo lo que puede explicarse por medio de la ciencia, no es ningún milagro de fe.
En la actualidad hemos perdido todo lo que pueda comunicarnos con Dios, nuestras vidas pasan pendientes de las mil y una cosas de lo que “puede ocurrir en esté mundo”. Saben, a mi todavía me habla una vocecita interior,  esa vocecilla es nada más y nada menos que el espíritu Santo, que durante mi camino por la vida me hablará, claro mientras fuera por el buen camino, porque si esa voz se calla quiere decir que no le he puesto atención, además sirve como una alerta, porque es el Espíritu santo el que nos habla, si cada vez fuera más débil, eso nos indica que nos estamos alejando del buen camino, es cuando debemos hacer un alto, para analizar nuestro modo de vivir, nuestros hechos sobre esté mundo, cada quien tiene un mundo interno, que puede cambiar de un momento a otro, pero nuestro Espíritu Santo nos cuida y nos avisa cuando nos desviamos del sendero que nos conduce al Reino, a ese encuentro con nuestro Creador. La fe es la que nos da valor y coraje  para aceptar ciertas cosas, entre ellas la muerte, pues es está un ángel el que nos da la oportunidad de ver a nuestro Padre.
El día que aceptemos nuestra muerte como algo natural, como parte de la vida, y como el principio de la “verdadera”, estaremos listos espiritualmente para ese tan esperado encuentro, estaremos viviendo en la gracia que nos confiere la fe, viviremos sin temor y sobre todo con una gran paz, la que nos permitirá seguir trabajando o haciendo las cosas hasta el último día, siempre con el espíritu alegre, sano, porque hemos comprendido que a donde nos dirigimos es a nuestro verdadero hogar. A nuestro encuentro con el creador, nuestro Dios. Espero que todos lleguen a sentir esa alegría. Declarar en público que nada nos faltará, Dios velará porque seamos felices. Es por ello que voy dejando migas en el camino, las cuales podrán seguir mis seres amados, mis hermanos en la fe, afortunadamente adoro escribir, y se que de mis migas estarán listas y esparcidas para cuando ya no esté más en este mundo, pero como les digo, vivir feliz hasta el último día, aprovechar que Dios nos ha regalado este tiempo, y olvidarse del “ya para que” porque nuestro espíritu no es de derrota, es de triunfo, y ese (triunfo) es gracias a nuestro Creador que lo alcanzamos. Pidámosle a Dios, pero de buena manera, no como quien exige caprichosamente algo, como un niño hemos de presentarnos ante su presencia y si ya no escuchamos esa vocecita en nuestro interior, oremos, que poco a poco despertará, y será más rápidamente si nuestros actos reflejan la paz interna en cada uno de nosotros. En nuestra mirada, reflejo del alma se podrá saber como estamos, una mirada de paz y amor se reconoce, porque de igual manera, comenzamos a ver. Nunca pensé que escribiría para nuestro señor, pero es algo que me da paz, el saber que mis escritos puedan ser de ayuda para un corazón acongojado, me llena y me da las palabras para seguir en la obra del señor. He aprendido que ayudando a mi hermano, me ayudo a mi mismo, la alegría de servir, es la recompensa. Inténtalo y veras como creces en espíritu. Te lo puedo garantizar.
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1 comentarios:

The Phantom of the Opera dijo...

Tengo que seguir escribiendo más, cuamdo hablo de salvar a Honduras lo hago desde todos los aspectos, pero el que realmente me importa es el espiritual. Tu sabras que estás listo para el gran día del señor, cuando le pierdas el miedo a la muerte, tal como me ha pasado a mi.

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