Recientemente se ha conocido que el fundador de Wikileaks, Julian Assange, se encuentra mal de salud en la embajada de Ecuador en Londres, única embajada que lo recibió y le concedió asilo político.
Entre tanto, el gobierno Británico ha expresado que no le dará un salvo conducto a Assange para que abandone la embajada de Ecuador y poder dirigirse a su natal Australia o a cualquier destino en el mundo.
Lejos de Juzgar a Assange, se le debería dar una medalla, ya que puso al descubierto a toda una red de espías que lo único que han causado es el resquebrajamiento de la economía mundial, especialmente en los mal llamados “países en vías de desarrollo”.
Cada uno de los países perjudicados debería emprender acciones legales contra los espías y condenarlos a la pena de capital por alta traición a la patria, tal como lo piensan los herederos del Tío Sam.
Entre los delatores de secretos de estado podrían existir hondureños, quienes pudieron espiar para Estados Unidos en tiempos del fallido presidente Manuel Zelaya Rosales, ya que en la desclasificación de tales archivos se encontró el perfil completo del presidente de Honduras.
¿Quiénes participarían en la elaboración de dicho expediente o perfil del primer ciudadano de los hondureños en ese entonces? Tuvieron que ser personas muy cercanas a él o elementos de inteligencia del brazo armado hondureño.
Creo que esto jamás se les ha cruzado por la mente, pero quien obtenía información de la embajada americana es un periodista a quién le creen todo lo que dice, (la resistencia) y que su relación con el embajador de Estados Unidos al parecer fue muy estrecha, lo mismo que con el ex mandatario Manuel Zelaya.
Sería muy profiláctico saber quienes se venden, para luego negociar información delicada por no decir “confidencial” de la República de Honduras.
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